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Hoy disertaremos sobre depresión y tristeza, porque hemos recibido muchas comunicaciones que nos preguntan sobre ello.

Y para comenzar, es importante anotar que no son lo mismo, así que iniciaremos por conocer a la tristeza.

La tristeza es una emoción natural, que nos produce dolor (de ahí la palabra duelo), y que nos inhabilita de una o muchas maneras, causándonos malestar emocional, lágrimas, falta de interés por el mundo y la vida, pérdida de la capacidad de amar y crear, con culpas y rabia, que baja nuestra autoestima y nos invita a recluirnos y alejarnos de todo y de todos.

Esta tristeza aparece ante la pérdida de algo: personas, sueños, situaciones, lugares, experiencias, momentos, capacidades, en fin, ante cualquier pérdida.

Y hasta aquí, y sobre todo si eres profesional de la salud mental, o has estado cerca de alguien quién lo es, estarás pensando que se trata claramente de un cuadro de depresión clásico, pero… no nos dejemos engañar, pues aquí viene la primera gran diferencia:

La tristeza terminará cuando hayamos “elaborado el duelo”, o para decirlo de manera sencilla:  cuando podamos seguir la vida sin aquello que hemos perdido.

La segunda diferencia entre tristeza y depresión, es que en la tristeza, podemos identificar perfectamente el momento de la pérdida y lo perdido.

Una diferencia más es que en la tristeza, la pérdida y el duelo se resuelven en un periodo de unos minutos, hasta un máximo de unos dos años.

Y podemos agregar que, una vez resignificada la pérdida, se recupera la capacidad de vivir sin lo perdido.

Por supuesto que a nadie nos gusta la idea de perder algo, y mucho menos si ese algo es importante, amado o considerado fundamental, pero podemos llegar a vivir realmente si vamos descubriendo que siempre formará parte de nuestra experiencia de vida, y que nuestra vida se seguirá llenando de nuevas experiencias, que no necesariamente nos harán olvidar lo perdido, pero que nos darán la certidumbre y la felicidad de que la vida siempre tiene algo para nosotros.

¿Cómo resolver la tristeza?

Desde mi perspectiva como psicoanalista, normalmente se presenta siete fases de tránsito y resolución del duelo.

  1. Impacto
  2. NegaciónTristeza
  3. Pena y depresión
  4. Culpa
  5. Rabia
  6. Resignación o resignificación
  7. Reconstrucción

Durante el tiempo que dura el duelo, podemos oscilar entre las fases 2 y 5, hasta que finalmente podemos llegar a la fase 6.

La fase 6 se caracteriza por poder dotar de sentido el sin sentido de la pérdida, y resignificar lo que era para nosotros eso que perdimos: ¿Qué pierdo con lo que perdí? ¿En realidad pierdo?

Una vez resignificada la pérdida, inicia la fase de reconstrucción de la vida, cerrando con ello el trabajo de duelo y dejando atrás la tristeza.

Pensarás ¿y la depresión?

En la segunda parte abriremos el espacio para que descubras qué es la depresión y cómo resolverla.